El problema de no querernos radica en que no nos conocemos. Hemos distorsionado la imagen propia según los valores con los que nos han educado. Nos sentimos defectuosos...

Que no te engañen más... Nuestros hijos son nuestro futuro y cómo padres queremos que sean felices. Pero, ¿realmente pueden ser felices íntegros si ni siquiera se conocen? Les decimos constantemente lo que está bien y lo que no, lo que es mejor y peor, con quien ir  y con quién no... Les decimos cómo andar por la vida según nuestra percepción pensando siempre en el más alto bien. Pero, ¿Y si no sabemos qué es lo mejor para nuestro hijo? Por que, digo yo, nuestros hijos no son únicos y por ello diferente a nosotros? ¿Cómo podemos saber lo que realmente les apasiona si no dejamos que busquen por sí mismos?

Que no te nublen tu percepción: ¿Piensas que eres libre? ¿O puede que nos hayan manipulado a todos y seamos la oveja que sigue al rebaño sin saber porqué? Crea tu propia opinión... Tú decides